viernes, 27 de abril de 2007

Que son 7300 dias??




Son 7.300 los días que pasaron de la última vez. Parece mucho para cualquier cosa. Veamos: Si pasan 7.300 días de la última vez que una persona hizo el amor, diríamos que es una eternidad, diríamos que ese pobre diablo es casi virgen y que no conoce lo que es la felicidad. Ahora bien, si esos 7.300 días los trasladamos a nuestra vida, llegamos a una conclusión contundente: se consumió una generación. Así de cruel, así de dura es la realidad de los sin aliento. El 27 de abril se cumplen 7.300 días de la última vez que dieron una vuelta olímpica. Con lo cuál podemos decir que una generación de pobres sin aliento, son vírgenes. Así de cruel, así de duro.
Imagínense por un segundo todos aquellos pobres niños sin aliento que nacieron posterior al 2 de mayo de 1987. Son testigos reales de cinco vueltas olímpicas de la LEPRA, fueron cinco vueltas las cuáles se tuvieron que bancar. Cinco festejos, cinco carnavales que jamás se sacarán de sus retinas. Porque copamos la ciudad aquella tarde de 1988 cuando de la mano del Piojo y con un equipo fabricado en casa le ganamos al Rojo y comenzamos a escribir una nueva historia. Porque pensaron que se nos iba a acabar y a comienzos de los noventa llegó Marcelo y su karma se agudizó. No sólo Bielsa logró tres campeonatos y una final de Copa Libertadores, sino que les dio palizas únicas en los clásicos. Jamás olvidarán el día del padre, aquella tarde del Pájaro Domizi y un grupo de pibes que se rompieron el orto por la gloriosa rojinegra y festejamos todos. O aquella noche en el vueltódromo, cuando les ganamos cuatro a tres en una de esas noches memorables que nadie ni nada nos quitará. Y mientras tanto ellos se conformaron con festejar nuestras pequeñas desgracias. Porque nunca se olvidarán que festejaron un título brasileño cómo si fuese de ellos.
Pero su sufrimiento no terminará jamás. Porque dentro de estos largos y penosos 7.300 días, también está el arribo de Diego. El DIOS del fútbol nos eligió y vino al Coloso para escribir otra nueva página de gloria, mientras los sin aliento decidieron no salir a la calle o camuflarse entre alguno de esos 40.000 que fuimos a recibirlos a nuestra cancha, cómo no pudiendo entender de porqué Diego era leproso y nunca sin aliento. Y no se quedaron ahí los tormentos sin aliento. Porque Ñubel comenzó a desparramar su carnaval por todo el país y de a poco las mentiras de una par de viejos gaga sin aliento se fueron cayendo. La prensa se enteró que fue la Lepra quién ganó el primer clásico y que la convocatoria a las canchas se mide con la realidad y no con las imágenes de un productor televisivo que las acomodaba a su favor. Y las penas siguieron, porque cuando pensaron que nos caíamos, cuando pensaban que los diez años de gobierno de López nos iba a voltear, fue otra vez la gente la que nos puso de pie. Y le metimos la sexta estrella. SI, CINCO CAMPEONATOS METIO LA LEPRA EN ESTOS 7.300 DIAS DE ABSTINENCIA SIN ALIENTO. Y tuvieron que mudarse, porque las 40.000 personas que reventaron todos los récords para un equipo del interior festejando un título quedaron incrustadas en los ya pobres corazones sin aliento.
Y el tiempo sigue pasando. Y el cruel almanaque sigue acumulando días y días y las vueltas no llegan. Seguirán así las pocas y pobre generaciones sin aliento viendo cómo festeja papá. Claro que cada vez son menos los pibitos que se ponen la camiseta sin aliento. Porque a los pibes les encanta festejar, les encanta salir campeón y los vuelve loco poder dar la vuelta olímpica. Y COMO TODOS SABEMOS PARA TODO ESTO TENES QUE SER HINCHA DE ÑUBEL. Así, cuando nos colguemos nuestra séptima estrella, miles de personas seguirán festejando por las calles de todo el país. Miles de corazones rojinegros seguiremos gritando una máxima que ya se convirtió en una sentencia. Porque los sin aliento jamás serán campeones otra vez, PORQUE TODOS SABEMOS QUE PARA SER CAMPEON, TENES QUE ALENTAR…

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